viernes, 20 de noviembre de 2009

Ideales de Hierro

Por: Anamaría Trujillo

“¡No al aborto!, ¡no a la eutanasia!, ¡no al matrimonio de homosexuales!, ¡sí a un gobierno presidencial fuerte!, ¡no a la tiranía de las cortes!” Jonathan Delgado, un joven abogado de 29 años fijó su posición política desde los 16 años. Hoy, con ideales claros, lidera un movimiento político de derecha.



En el piso 44 de la torre Colpatria en Bogotá queda la oficina Sáchica Abogados. Es un lugar con vista de toda la ciudad, que tiene los tradicionales muebles cafés en cuero y una secretaria que saluda a la entrada, vigilando las oficinas de todos los abogados que trabajan en el sitio.

Entro a la oficina de la derecha, la de Jonathan Fernando Delgado, un joven abogado de 29 años. Por su seriedad parecería de muchos más. Su saco y corbata también le quitan algo de juventud, que más bien se refleja en su cara de “niño bueno”. Desde los 16 años, aunque según su hermano desde antes, tiene muy claros sus ideales. “No soy partidario de las aguas tibias. A mí me gustan las cosas claras porque cuando hay claridad en los temas tu sabes para dónde vas, entonces eso me llevó al partido conservador”, dice Delgado. Ana María Balcázar Daza, quien además de ser su novia es la comisionada de asuntos para la mujer ante el partido conservador por las “Juventudes Alzatistas conservadoras” lo reafirma: “conozco a Jonathan desde hace 5 años y desde que lo conocí es un ferviente conservador”.

Además de los ideales que Jonathan tiene muy claros, el núcleo familiar conformado por padre y madre, el patriotismo, las creencias en una derecha mestiza con biodiversidad étnica, el respeto por las creencias católicas y cristianas y el respeto por la ley, también rigen el movimiento político que él dirige: “Juventudes Alzatistas conservadoras,” que se creó después del 2000 con Andrés Díaz como director.

El movimiento surgió, según Delgado, como una alternativa para los jóvenes conservadores que se venían sintiendo relegados por el partido tradicional. Ana María Balcázar dice que este movimiento representa hoy los ideales más claros del conservatismo.

Existen otros grupos que dicen ser conservadores como el movimiento “Azul Clarito”, iniciativa política de un grupo de homosexuales que se proclama conservador. Frente a esto, Jonathan reitera su posición: “Azul Clarito es una malformación del conservatismo, porque el que es conservador no puede patrocinar el matrimonio entre homosexuales. El que es conservador tiene que tener una coherencia entre la ley y el orden natural. El matrimonio homosexual no es natural, tan no son naturales que ellos no pueden garantizar la procreación de la especie”. Sin embargo, Delgado explica que ellos no buscan segregar a los homosexuales, simplemente no están de acuerdo ni con que se casen ni con que adopten niños.

Jonathan se definió políticamente desde el seno de su familia boyacense y conservadora. En su infancia también aprendió la importancia del trabajo y los valores católicos que fueron reforzados en el colegio Agustiniano Norte, también católico. Siempre fue buen estudiante, y como su amigo Manuel Alejandro Yepes lo describe, “es una persona transparente, ética y un líder natural”. Fue sobresaliente en todo menos en trigonometría, como comenta su hermano Farhi Delgado: “perdió trigonometría y por eso no le gustan sino las leyes.” Según Farhi, fue en gran medida autodidacta aunque también tuvo importantes influencias en su vida. Para él su hermano tiene mucho de su abuelo materno “nuestro abuelo era un hombre político, escribía y leía mucho. Jonathan se parece mucho a él.”

Desde los 12 o 14 años jugaba con su hermano de una forma muy particular: competían por el que leyera más libros y así devoraron muchos títulos de la biblioteca de su casa, del colegio o cualquier cosa que llegara a sus manos. Luego comentaban las lecturas y así, dice Farhi, fueron formando sus posiciones frente a diversos temas. Un día, Jonathan le habló a su hermano del grupo que pensaba crear junto con otros jóvenes conservadores inspirado en los ideales del político de principios del siglo XX Gilberto Álzate Avendaño, líder conservador que en las palabras de Jonathan “era una persona con ideas claras de una derecha fuerte, una derecha definida, una derecha que implicaba un contenido social que traía un contenido popular y no era excluyente”.

Siguiendo la ideología de Alzate Avendaño, las Juventudes Alzatistas también se enfocan en la parte social con prácticas como brigadas de salud cada dos meses en los barrios populares. Sin embargo, en el movimiento conservador se piensa que a la gente hay que enseñarle, no se debe crear asistencialismo como propone la izquierda. La gente debe aprender a trabajar.

Ellos también defienden al Coronel Plazas, que está detenido por los crímenes del Palacio de Justicia. Para Jonathan “esos son temas que le duelen a uno como patriota porque un militar que sale a defender la institucionalidad del país queda preso y el hampón que sí fue el que promulgó el crimen está lanzándose a presidente, y entre otras cosas bajo un indulto mal concebido porque los crímenes que cometieron los del M19 no son indultables.”

Algunos los critican por tener una posición tan radical. En la página de Facebook de las Juventudes Alzatistas, Yesid Camilo López, un contradictor político, escribe constantes críticas a su movimiento, los tilda de “pequeños fascistas” y se despide diciéndoles “Heil Hitler”. López cita también al blog "Blogueros y corresponsales de la revolución", en donde otro contradictor, Fernando Dorado, dice: “estos individuos están pasando a su estado más peligroso, que los convierte en carne de cañón de los verdaderos perpetradores del fascismo en Colombia y en el mundo. Ahora que observan que su “vengador valiente” (Uribe) empieza a mostrar fisuras, se suman a “causas negativas” (no más FARC, no más Chávez) con cierta beligerancia y obsesión. En sus actitudes, gestos y consignas empieza aparecer subrepticiamente la violencia y el terror”.

Farhi Delgado comenta respecto de las críticas: “equivocadamente la gente cree que somos no tolerantes porque no creen en el concepto de derecha mestiza”. A pesar de que mucha gente lo critique Jonathan seguirá luchando por su posición, como dice Ana María, “seguiremos luchando así nos quedemos solos”.

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